PRENSA

Un periodista incita contra Israel en la prensa mexicana

Llama la atención la ausencia de cobertura sobre la formación de opinión anti israelí y judeófoba que despliega el Dr. Alfredo Jalife Rahme en su columna “Bajo la Lupa” del diario La Jornada de México.
La concepción del mundo que transmite a sus lectores se basa en una tesis que él trata de corroborar con citas de medios, algunos conocidos y otros no tanto, pero en definitiva difíciles de verificar y mezclando hechos ciertos pero que requieren un contexto, auto asignándose una moral superior.
Así, el Gobierno de la principal potencia mundial estaría bajo control del poderoso lobby judío, el cual promovió en tiempos de George W. Bush la invasión a Afganistán e Irak con el fin de rediseñar el mapa del Medio Oriente en beneficio de Israel.
La actual crisis económica, social y política sería consecuencia de la bancarrota de la banca israelí-anglosajona, y habría detonado con la quiebra de Lehman Brothers, que previo al vaciamiento envió sus millares ustedes adivinan seguramente adónde.
Otra estrella del sionismo financiero sería Bernard Madoff, quien habría administrado los fondos del Mosad israelí y el producto de su super estafa lo envió ya saben adónde.
Sabido es que las teorías conspirativas siempre concitan atracción; una vez que se perfora la lógica del lector insertándoles ideas que por repetición sedimentan luego, se puede insinuar cualquier cosa que el efecto residual hace el resto.
Así, una vez demonizado el sionismo, Israel o Estados Unidos, se podrá decir que el atentado a las Torres Gemelas el 11-S fue obra de Bush (personaje lo suficientemente aborrecible como para cargarle cualquier cosa), o que las pistas anti Irán en la investigación por el atentado a la AMIA son obra de intereses de la CIA o Israel. Estos son frutos del árbol que planta el Sr. Jalife y que se están esparciendo con mucha rapidez en un continente latinoamericano que sufre de una serie de problemas sociales conocidos para quienes se interesan en el tema, y cuya explicación Jalife encuentra en un atajo malicioso pues no puede desconocer los sentimientos antisemitas de parte de la población en una región que fue el gran triunfo conversor de la Iglesia Católica.
Hecho este lavado de cerebro, no se le podrá discutir, pues cualquier crítica o acusación de difamación o calumnia lo encontrará en la posición de victima de filo-sionistas o alineados con Israel como si tal actitud en sí fuese monstruosa. Y por cierto la creciente derechización de la sociedad israelí y la presencia en el Gobierno de sujetos detestables, para quien tiene convicciones demócratas lo favorece en sus cargos de que Israel es el único factor agresor en la zona, temeroso de posible rol de potencia nuclear de Iran cuyo líder niega el Holocausto y ha designado a un reclamado por la Justicia argentina por su posible conexión con el atentado a la sede de la AMIA, como ministro de Defensa de Irán.
Jalife nos quiere convencer que el programa nuclear de Irán es pacifico.
Su última perla apareció en la sección el 23129 bajo el título: “Israel reconoce el trafico de órganos”.
Basándose en un documental que transmitió Canal 2, establece que los cargos del diario Alfonbladen de Suecia eran ciertos.
En el documental Jalife afirma que el profesor Iehuda Hiss reconoció que hasta fines de los ’80, médicos bajos su supervisión recogieron órganos de soldados israelíes, palestinos y trabajadores extranjeros, sin autorización y conocimiento de sus parientes.
El tema de la obtención de órganos es complejísimo. Es evidente que muchas vidas se podrían salvar si hubiese mayor disponibilidad y menor burocracia, que sobre el médico recae la presión del enfermo y sus familiares, que el drama de la guerra crea situaciones que trastornan el juicio de cualquier individuo y que el médico no es Dios aunque temporalmente haya sido ubicado en ese rol.
Jalife Rahme, medico neuroendocrinólogo, debería repensar su moral antes de proponer someter al profesor Hiss a juicio internacional. Cualquiera sean los pecados del patólogo israelí (si es que existen), no es lo mismo que insinuar que pertenece a una red internacional de criminales (es lo que se desprende del titulo del artículo y de otros que Jalife ha escrito).
Quiero finalizar con dos propuestas:
1) Repruebo los intentos de expulsar a este periodista del diario La Jornada por parte de otros colegas. Es su derecho escribir lo que piensa, si estamos hablando de democracia. Más bien creo que tales antagonistas deberían retarlo a un duelo televisivo, incluyo al embajador de Israel en México, quien debería exponer la mala intención de este hombre de múltiples talentos que nos odia.
2) Solicito a Aurora que forme un foro de periodistas de distintas tendencias, pero comprometidos con el futuro del país; investiguen a fondo las alegaciones que periodistas como el citado y otros hacen; se debata la posición de Israel ante los desafíos de una nueva época.
Para quienes se vean tentados a opinar que todo es producto de la izquierda mediática, les recuerdo que Hollywood ya no hace películas como “Exodo”. Los tiempos han traído “El zar de la guerra”, “Munich”, “Mobetter blues”. En fin, la imagen del judío y de Israel no sale muy bien parada ni siquiera en Hollywood.
Que las conclusiones se publiquen y se comenten en la prensa escrita y televisiva, para que se forme una corriente de opinión progresista y realista que penetre todas las capas sociales.