El Gobierno de Moldavia emitió hoy un comunicado para condenar un acto antisemita perpetrado el domingo pasado en pleno centro de la capital, Chisinau.
«Moldavia es un país democrático que garantiza los derechos y libertades fundamentales de ciudadanos y que considera inadmisibles el odio, la intolerancia, la xenofobia y otros fenómenos negativos», dice el comunicado llegado a RIA Novosti.
A través del documento, el Ejecutivo de Moldavia pidió a representantes de todas las confesiones y etnias, a todos los ciudadanos moldavos «abstenerse de cometer acciones que deterioren la convivencia pacífica de diferentes etnias y religiones y que quiebren la paz social y el entendimiento mutuo».
El pasado 13 de diciembre, un centenar de personas que portaban crucifijos y gritaban consignas antisemitas, volcaron una januquiá (candelabro de ocho brazos tradicional judío) colocada en la Plaza Europea del parque central de Chisinau y que contaba con la autorización de las autoridades.
El conocido director de teatro Iliá Shats, director general del Congreso Judío Moldavo, declaró a RIA Novosti que los autores del acto vandálico «buscaban desestabilizar la situación en el país, descontentos con la tolerancia que desde hace muchos años es motivo de orgullo de la Moldavia multiétnica».
La comunidad judía no denunciará el acto antisemita ante la policía, informaron a RIA Novosti. No obstante, el Gobierno moldavo en su comunicado reclamó «una respuesta seria y contundente por parte de los organismos competentes» ante hechos de este tipo, para evitar que se repitan en el futuro.
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