El judaísmo es una cultura del destierro, diaspórica, una cultura de la errancia», dirá Darío Sztajnszrajber, uno de los organizadores y expositores del Primer Congreso de Pensamiento Judío Argentino, que empezó ayer en Buenos Aires y se extenderá hasta esta tarde. Sztajnszrajber, dirá eso para referirse a la temática que durante esta dos jornadas son abordadas por intelectuales judíos de un arco plural de pensamiento: «Pensar lo judío argentino».
Pensar, justamente, lo judío argentino, dirá el filósofo y docente, «es de algún modo afirmar nuestra identidad diaspórica» y afirmar, a partir de ello, que lo judío se ha ido mixturando históricamente con lo argentino. «La idea del Congreso es pensar como funciona esa mixturación».
Entre los expositores del congreso -organizado desde la Universidad Libre de Estudios Judíos (ULEJ)-, estuvo Santiago Kovadloff, que en su ponencia «Configuraciones del judaísmo», meditó sobre la significación de Israel y la pluralidad de configuraciones socioculturales de lo judío. En tanto que el rabino Daniel Goldman abordó, desde el interior de la comunidad judía, las nuevas formas de violencia simbólica. Además, el investigador Alejandro Kaufman se refirió al colectivo social judío argentino en su ponencia «Crisol de razas y divergencia», y el doctor en historia y docente de la Universidad de Tel Aviv, Raanen Rein, analizó la relación de la comunidad judío argentina con el peronismo. Hoy, Abrasha Rotenberg pondrá en perspectiva el judaísmo argentino desde la mirada de un exiliado. También estará el rabino Felipe Yafe, que hablará sobre «secularismo y religiosidad en el judío argentino contemporáneo».
El Congreso, insiste Sztajnszrajber, es una forma de reunir a la intelectualidad y abrir un espacio anual de reflexión sobre el «ser judío hoy», cuando en el judaísmo argentino «hay un fuerte vacío representativo, sobre todo para los judíos laicos».