PRENSA

Evo y Ahmadinejad ratificaron su alianza estratégica

Después de obtener el apoyo de Brasil al desarrollo nuclear con fines pacíficos, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, hizo escala en Bolivia rumbo a Caracas donde -como ya sucedió en 2007- Evo Morales no escatimó gestos de apoyo y de afecto al controvertido gobernante.

SDLqSoy admirador de usted y de su pueblo, en su lucha por la dignidad y la soberanía. Nuestros pueblos nos dieron el mandato de liberarlos de los imperios. Tenemos enormes coincidencias entre Irán y Bolivia», lo recibió en el Palacio Quemado de La Paz un Evo Morales con un rostro cansado y que daba cuenta del trajín del último tramo de la campaña electoral para su reelección el 6 de diciembre.

Con tono suave, Ahmadinejad retribuyó el gesto. Comenzó su discurso «en el nombre de Dios, compasivo y misericordioso», llamó a su par andino «querido amigo y hermano revolucionario» y enfatizó que «bajo el liderazgo de Evo Morales, Bolivia está avanzando muy rápido». Y que «a pesar de las dificultades que provoca el imperialismo, la colaboración entre Bolivia e Irán crece cada día más». Con un «jallalla Bolivia» («viva Bolivia» en aymara), el líder iraní se ganó a la audiencia.

El tema sensible del «derecho legítimo de todos los países al uso y desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos» y la «doble moral de algunos países» quedó reservado a la declaración conjunta firmada por ambos mandatarios, donde también se dice que «no hay un modelo único de democracia».

Bolivia estableció relaciones diplomáticas con Irán en 2007, cuando Ahmadinejad visitó el país por primera vez y firmó acuerdos de cooperación por algo más de 1.100 millones de dólares.

Ayer, en el marco del fortalecimiento de esta alianza binacional, se interesó en las gigantescas reservas bolivianas de litio, utilizado en la fabricación de baterías recargables para computadoras, celulares y cámaras de fotos: Irán colaborará con el comité científico para la industrialización del recurso ubicado en el salar de Uyuni. Allí se concentrarían, según la estatal minera boliviana Comibol, el 50% de las reservas mundiales, que ya concentran la atención de empresas de Francia, Japón y Corea del Sur, principal receptor de las exportaciones mineras de Bolivia. La Compañía Nacional de Petróleos de Irán anunció la apertura de sus oficinas en Santa Cruz.

Afuera, un puñado de islámicos con retratos del Ayatollah Jomeini cantaban «Evo, Mahmud, el pueblo los saluda». Pero a diferencia de otros países, la pequeña comunidad judía boliviana, aunque criticó la visita, no convocó protestas.

En el acto se inauguraron por teleconferencia varias obras realizadas con cooperación iraní, y se anunció la donación persa de dos centros de hemodiálisis. Una de esas obras es una planta de lácteos en la región cocalera del Chapare. Y también se inauguró en El Alto, «en el nombre de Dios», el hospital República Islámica de Irán.

Las quejas quedaron en manos de la derecha. Su principal candidato, Manfred Reyes Villa -segundo en la intención de votos, pero lejos en todas las encuestas- criticó la visita y la consideró una amenaza.

«¿Qué quiere decirle Evo Morales a la oposición y al país trayendo en vísperas de comicios al líder de un régimen de facto que protege al terrorismo y que condena a muerte a sus opositores por protestar contra un fraude? El mensaje es que deberíamos rendirnos y ya no luchar», declaró el ex militar en una de sus giras proselitistas.