En medio de fuertes críticas y protestas, tanto en Brasil como en varios países de la región, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva recibió ayer a su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y reiteró su respaldo al derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear siempre y cuando tenga fines pacíficos.
Poco después de recibir con un abrazo al controvertido mandatario iraní en la Palacio de Itamaraty, Lula instó a Teherán a que colabore en la búsqueda de una solución al conflicto que mantiene con las potencias occidentales, pero llamó al mundo a no aislar al régimen iraní.
«Reconocemos el derecho de Irán a desarrollar un programa nuclear para fines pacíficos, con pleno respeto de los acuerdos internacionales», afirmó Lula, que se reunió durante más de tres horas con Ahmadinejad. «Es simple, tiene ese derecho tanto como Brasil. Aquí defendemos para nosotros mismos lo que defendemos para otros», añadió.
Además, Lula, que anunció que realizará su primera visita a Irán en marzo próximo, instó a Ahmadinejad a «seguir los contactos para encontrar una solución justa y equilibrada para la cuestión nuclear iraní». Las seis potencias que negocian con el régimen de Teherán sobre su controvertido plan atómico sospechan que en realidad tiene fines militares.
Ahmadinejad, que buscaba el apoyo público de Lula para el plan nuclear, inició en Brasil una gira sudamericana que lo llevará también a Bolivia y a Venezuela, donde será recibido por los presidentes Evo Morales y Hugo Chávez, aliados de Teherán.
La visita de Ahmadinejad estuvo precedida de protestas por la política iraní en materia de derechos humanos, hacia los homosexuales y por la negación del Holocausto por parte del mandatario. Las manifestaciones de rechazo se extendieron ayer a otros países de la región, sobre todo en las comunidades judías de Venezuela, Bolivia, la Argentina y Uruguay.
El encuentro entre Lula y Ahmadinejad fue duramente cuestionado por dirigentes opositores brasileños y por congresistas estadounidenses. Uno de los más críticos fue el gobernador de San Pablo y candidato presidencial socialdemócrata, José Serra (ver aparte).
Antes del encuentro, Lula había defendido su decisión de recibir al mandatario. «De nada sirve dejar a Irán aislado. Es importante que alguien se siente y converse con Irán, para que vuelva cierto equilibrio a Medio Oriente», dijo.
Frente a la cancillería, donde se celebró el encuentro, un centenar de manifestantes abucheó a Ahmadinejad a su llegada. Y en el Congreso dos diputados exhibieron un cartel con la frase «Holocausto, nunca más».
Más allá del fuerte respaldo al plan nuclear y a la defensa que hizo de su encuentro con el presidente iraní, Lula trató de marcar sus diferencias con Ahmadinejad. En su discurso, destacó que en Brasil hay «compromiso con la democracia y respeto a la diversidad».
«Defendemos los derechos humanos y la libertad de elección de nuestros ciudadanos, y repudiamos todos los actos de intolerancia o el recurso del terrorismo», dijo Lula.
Detalles
Según Ahmadinejad, durante la reunión le ofreció a Lula detalles de las últimas negociaciones con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y afirmó que la solución al conflicto por el controvertido plan nuclear llegará cuando «la otra parte tenga voluntad política».
El líder iraní dijo que su país aún tiene esperanzas en llegar a un acuerdo con el Grupo 5+1 (compuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania), pero dejó en claro que su gobierno «no aceptará que se ignoren sus derechos legales».
Además, expresó el apoyo de su país a la aspiración de Brasil a obtener un asiento en una hipotética ampliación del Consejo de Seguridad.
Por otra parte, Ahmadinejad minimizó la posibilidad de que Irán sufra un ataque armado por parte de Israel o Estados Unidos, al considerar que «las armas y las amenazas son una cosa del pasado» y porque esos países «no tienen coraje» para hacerlo.
«La era de los ataques militares llegó a su fin. Ahora estamos en un tiempo de diálogo y entendimiento», agregó el mandatario.
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